El momento

Tu y yo nos detenemos paralelos
Dos estrellas descubren que no han dejado de anhelarse,
Entre tus ojos y los míos no se siente la distancia
el deseo nos envuelve en el mítico torbellino primigenio
Los recuerdos incendian la realidad y el presente nos consume
Tus manos y las mías son fuego luchando por quemarnos
Las llamas juegan a danzarse la una a la otra y a encontrarse
Incendio
Somos dos llamas consumiendo el aire frontal
Desapareciendo el vació con la boca del deseo
Dos planetas devorándose en el caos de los mares
En la boca no hay palabras
Tus ojos son las llamas de un astro
Tu luz liquida me llama
Queda la lengua
Y el deseo me despierta
como un corcel corriendo en la oscuridad
El eclipse nos envuelve en el agua
Somos dos imanes chocándose
Intentando avanzar el uno al otro
Dos soles fundiéndose
Tragándose
Encajándose las uñas
Curándose las llagas a mordidas;
La lengua es el antídoto
Tendiendo el puente del deseo
Ejerciendo su poder dominando a los leones

Tu cabello los ojos me acaricia
Sólo existimos nosotros
Nada importa ahora
Somos el fuego del deseo devorándonos
Haciéndonos la guerra de la unidad con los dedos
Los cuerpos buscan acabar con todos los vacíos
que nos quitan de las manos el infinito,
nos fundimos hasta ser un solo aroma
hasta que la eternidad detiene nuestros poros
y nos encajamos los dientes para terminar el tiempo
y buscamos la manera de comernos con las piernas,
y buscamos la manera de comernos con los brazos
estamos el uno en el otro
y al unísono somos el todo comiéndose,
fundiéndose,
tu mano se convierte en mi mano
y la lengua es la lengua dotando de movimiento al universo;
Los ojos son los ojos del pensamiento
Y el pensamiento es humedad y luces y deseo
Mirándose a si mismos.
Nuestro tiempo es el ritmo de las manos
Y el corazón es una serie de ritmos estremeciéndose
Contra las paredes
El comienzo del universo es ahora
Y el final es ahora
Y sólo son ahora entre nosotros.