Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo;
nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del
calor. Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de
automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata.
Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche.
Amo la noche, sombrero de todos los días.
La noche, la noche del día, del día al día siguiente.
Mi madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a
caer. Tenía cabellos color de bandera y ojos llenos de navíos
lejanos. Una tarde, cogí mi paracaídas y dije: "Entre una estrella
y dos golondrinas." He aquí la muerte que se acerca como la tierra
al globo que cae. Mi madre bordaba lágrimas desiertas en los
primeros arcoiris. Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por
los espacios de la muerte. El primer día encontré un pájaro
desconocido que me dijo: "Si yo fuese dromedario no tendría sed.
¿Qué hora es?" Bebió las gotas de rocío de mis cabellos, me lanzó
tres miradas y media y se alejó diciendo: "Adiós" con su pañuelo
soberbio. Hacia las dos aquel día, encontré un precioso aeroplano,
lleno de escamas y caracoles. Buscaba un rincón del cielo donde
guarecerse de la lluvia. Allá lejos, todos los barcos anclados,
en la tinta de la aurora. De pronto, comenzaron a desprenderse,
uno a uno, arrastrando como pabellón jirones de aurora
incontestable. Junto con marcharse los últimos, la aurora
desapareció tras algunas olas desmesuradamente infladas. Entonces
oí hablar al Creador, sin nombre, que es un simple hueco en el
vacío, hermoso, como un ombligo. "Hice un gran ruido y este ruido
formó el océano y las olas del océano." Este ruido irá siempre
pegado a las olas del mar y las olas del mar irán siempre pegadas
a él, como los sellos en las tarjetas postales. "Después tejí un
largo bramante de rayos luminosos para coser los días uno a uno;
los días que tienen un oriente legítimo y reconstituido, pero
indiscutible."
"Después tracé la geografía de la tierra y las líneas de la mano."
"Después bebí un poco de cognac (a causa de la hidrografía)."
"Después creé la boca y los labios de la boca, para aprisionar
las sonrisas equívocas y los dientes de la boca, para vigilar las
groserías que nos vienen a la boca."
"Creé la lengua de la boca que los hombres desviaron de su rol,
haciéndola aprender a hablar... a ella, ella, la bella nadadora,
desviada para siempre de su rol acuático y puramente acariciador."
Mi paracaídas empezó a caer vertiginosamente. Tal es la fuerza de
atracción de la muerte y del sepulcro abierto. Podéis creerlo, la
tumba tiene más poder que los ojos de la amada. La tumba abierta
con todos sus imanes. Y esto te lo digo a ti, a ti que cuando
sonríes haces pensar en el comienzo del mundo. Mi paracaídas se
enredó en una estrella apagada que seguía su órbita
concienzudamente, como si ignorara la inutilidad de sus esfuerzos.
Y aprovechando este reposo bien ganado, comencé a llenar con
profundos pensamientos las casillas de mi tablero:
"Los verdaderos poemas son incendios. La poesía se propaga por
todas partes, iluminando sus consumaciones con estremecimientos de
placer o de agonía."
"Se debe escribir en una lengua que no sea materna."
"Los cuatro puntos cardinales son tres: el sur y el norte."
"Un poema es una cosa que será."
"Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser."
"Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser."
"Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el
viento."
"Si yo no hiciera al menos una locura por año, me volvería loco."
Tomo mi paracaídas, y del borde de mi estrella en marcha me lanzo a
la atmósfera del último suspiro. Ruedo interminablemente sobre las
rocas de los sueños, ruedo entre las nubes de la muerte. Encuentro
a la Virgen sentada en una rosa, y me dice:
"Mira mis manos: son transparentes como las bombillas eléctricas.
¿Ves los filamentos de donde corre la sangre de mi luz intacta?"
"Mira mi aureola. Tiene algunas saltaduras, lo que prueba mi
ancianidad."
"Soy la Virgen, la Virgen sin mancha de tinta humana, la única que
no lo sea a medias, y soy la capitana de las otras once mil que
estaban en verdad demasiado restauradas."
"Hablo una lengua que llena los corazones según la ley de las
nubes comunicantes."
"Digo siempre adiós, y me quedo."
"Ámame, hijo mío, pues adoro tu poesía y te enseñaré proezas
aéreas."
"Tengo tanta necesidad de ternura, besa mis cabellos, los he
lavado esta mañana en las nubes del alba y ahora quiero dormirme
sobre el colchón de la neblina intermitente."
"Mis miradas son un alambre en el horizonte para el descanso de
las golondrinas."
"Ámame."
Me puse de rodillas en el espacio circular y la Virgen se elevó y
vino a sentarse en mi paracaídas. Me dormí y recité entonces mis
más hermosos poemas. Las llamas de mi poesía secaron los cabellos
de la Virgen, que me dijo gracias y se alejó, sentada sobre su
rosa blanda.
Y heme aquí, solo, como el pequeño huérfano de los naufragios
anónimos. Ah, qué hermoso..., qué hermoso.
Veo las montañas, los ríos, las selvas, el mar, los barcos, las
flores y los caracoles.
Veo la noche y el día y el eje en que se juntan.
Ah, ah, soy Altazor, el gran poeta, sin caballo que coma alpiste,
ni caliente su garganta con claro de luna, sino con mi pequeño
paracaídas como un quitasol sobre los planetas.
De cada gota del sudor de mi frente hice nacer astros, que os dejo
la tarea de bautizar como a botellas de vino.
Lo veo todo, tengo mi cerebro forjado en lenguas de profeta.
La montaña es el suspiro de Dios, ascendiendo en termómetro
hinchado hasta tocar los pies de la amada.
Aquél que todo lo ha visto, que conoce todos los secretos sin ser
Walt Whitman, pues jamás he tenido una barba blanca como las
bellas enfermeras y los arroyos helados.
Aquél que oye durante la noche los martillos de los monederos
falsos, que son solamente astrónomos activos. Aquél que bebe el
vaso caliente de la sabiduría después del diluvio obedeciendo a
las palomas y que conoce la ruta de la fatiga, la estela hirviente
que dejan los barcos. Aquél que conoce los almacenes de recuerdos
y de bellas estaciones olvidadas. Él, el pastor de aeroplanos, el
conductor de las noches extraviadas y de los ponientes amaestrados
hacia los polos únicos. Su queja es semejante a una red parpadeante
de aerolitos sin testigo. El día se levanta en su corazón y él baja
los párpados para hacer la noche del reposo agrícola. Lava sus
manos en la mirada de Dios, y peina su cabellera como la luz y la
cosecha de esas flacas espigas de la lluvia satisfecha.
Los gritos se alejan como un rebaño sobre las lomas cuando las
estrellas duermen después de una noche de trabajo continuo.
El hermoso cazador frente al bebedero celeste para los pájaros sin
corazón. Sé triste tal cual las gacelas ante el infinito y los
meteoros, tal cual los desiertos sin mirajes. Hasta la llegada de
una boca hinchada de besos para la vendimia del destierro.
Sé triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa.
Está quizá al extremo de tu canción próxima y será bella como la
cascada en libertad y rica como la línea ecuatorial.
Sé triste, más triste que la rosa, la bella jaula de nuestras
miradas y de las abejas sin experiencia.
La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer.
Vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit a nuestro nadir y dejamos
el aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan
mañana a respirarlo.
Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del cenit al nadir
porque ése es tu destino, tu miserable destino. Y mientras de más
alto caigas, más alto será el rebote, más larga tu duración en la
memoria de la piedra. Hemos saltado del vientre de nuestra madre o
del borde de una estrella y vamos cayendo.
Ah mi paracaídas, la única rosa perfumada de la atmósfera, la rosa
de la muerte, despeñada entre los astros de la muerte.
¿Habéis oído? Ese es el ruido siniestro de los pechos cerrados.
Abre la puerta de tu alma y sal a respirar al lado afuera. Puedes
abrir con un suspiro la puerta que haya cerrado el huracán.
Hombre, he ahí tu paracaídas maravilloso como el vértigo.
Poeta, he ahí tu paracaídas, maravilloso como el imán del abismo.
Mago, he ahí tu paracaídas que una palabra tuya puede convertir en
un parasubidas maravilloso como el relámpago que quisiera cegar al
creador.
¿Qué esperas?
Mas he ahí el secreto del Tenebroso que olvidó sonreír.
Y el paracaídas aguarda amarrado a la puerta como el caballo de la
fuga interminable.
Vicente Huidobro
lunes, 15 de noviembre de 2010
El golem
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dió a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
"esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga."
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo)
'pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?'
'¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?'
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
Jorge Luis Borges
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dió a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
"esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga."
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo)
'pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?'
'¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?'
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
Jorge Luis Borges
Lamento por la tórtola de Butch Butchanam
el pobre butch butchanam pasó sus años últimos
cuidando a una tórtola ciega y sin querer ver a nadie
en solidaridad con el pájaro al que amaba y cuidaba
y a veces aleteaba en su hombro dejando caer
un dulce sonido a naranjos azules girando por el cielo
a demonios de pie sobre un ratón
a monos de piedra sorprendidos en el acto de hacer
"oh tórtola" decía butch butchanam. "amas la ceguera
y yo convertí mi corazón en ceguera
para que vueles alrededor de él y te quedes"
pero lo que debe desaparecer
todo lo que se masca come chupa bebe o saborea,
venía con el crepúsculo y tristeza para butch
tristeza para butch.
el cual:
soñaba con el desierto sembrado de calaveras de vaca
los castillos de arena instantánea o polvo rápidamente
quieto en tierra
los oleajes (como de serpiente) del tiempo en Melody
Spring
y los antepasados que ya no conocían el dolor ni el dolor
de la muerte
y hablaban un idioma lento amarillo feliz
como un lazo de oro en el cuello
noches y noches soñó butch butchanam
hasta que supo que iba a morir
enfiló su cama hacia el sur y se acostó de espaldas al cielo
y dejó escrito en la tórtola que lo enterraran de espaldas
al cielo
y aquí yace de espaldas al cielo mirando todo lo que baja
y sube en Melody pueblo de miserables que:
degollaron la tórtola la asaron la comieron
y comprobaron con cristiano horror
que los miraba desde el plato
con el recuerdo de sus ojos
Juan Gelman
cuidando a una tórtola ciega y sin querer ver a nadie
en solidaridad con el pájaro al que amaba y cuidaba
y a veces aleteaba en su hombro dejando caer
un dulce sonido a naranjos azules girando por el cielo
a demonios de pie sobre un ratón
a monos de piedra sorprendidos en el acto de hacer
"oh tórtola" decía butch butchanam. "amas la ceguera
y yo convertí mi corazón en ceguera
para que vueles alrededor de él y te quedes"
pero lo que debe desaparecer
todo lo que se masca come chupa bebe o saborea,
venía con el crepúsculo y tristeza para butch
tristeza para butch.
el cual:
soñaba con el desierto sembrado de calaveras de vaca
los castillos de arena instantánea o polvo rápidamente
quieto en tierra
los oleajes (como de serpiente) del tiempo en Melody
Spring
y los antepasados que ya no conocían el dolor ni el dolor
de la muerte
y hablaban un idioma lento amarillo feliz
como un lazo de oro en el cuello
noches y noches soñó butch butchanam
hasta que supo que iba a morir
enfiló su cama hacia el sur y se acostó de espaldas al cielo
y dejó escrito en la tórtola que lo enterraran de espaldas
al cielo
y aquí yace de espaldas al cielo mirando todo lo que baja
y sube en Melody pueblo de miserables que:
degollaron la tórtola la asaron la comieron
y comprobaron con cristiano horror
que los miraba desde el plato
con el recuerdo de sus ojos
Juan Gelman
domingo, 14 de noviembre de 2010
La labor del psicologo social
La labor del psicólogo implica tanto una conciencia social como un profundo conocimiento y respeto por el individuo en particular, para conocer el campo laboral del psicólogo, conviene analizar primero el fenómeno de una profesión – un quehacer determinado – en un grupo humano, para definir en seguida la actividad del psicólogo.
Dentro del proceso de desarrollo y realización de un grupo o sociedad, el psicólogo, con la ayuda de otros profesionales de las ciencias sociales, y naturales, ocupa una función de cierta relevancia: la de orientar y facilitar el crecimiento personal y de la comunidad.
Ya que el área en que me intereso es el área social ahondare en este tema. La psicología social mantiene la preocupación de los filósofos por la naturaleza original del hombre ya sea que esta exista o no exista y estudia las influencias socioculturales que intervienen en la actividad humana individual, Aparece en México como campo de aplicación con los estudios sobre psicología del mexicano y se amplia en la ultima década con el desarrollo de la tecnología social y la psicología de la comunidad, en especial de la psicología clínica comunitaria y de la psicología social comunitaria.
He de rescatar dentro de mis propios intereses que me gustaría dedicarme en el futuro a la psicología clínica y social comunitaria por lo cual también haré un abordaje en el cual hablare del papel del psicólogo clínico el cual enfoca su actividad a la evolución y tratamiento de personas o grupos que sufren de problemas emocionales y de adaptación. Su área de interés se centra en el área individual de un sujeto, así como la derivada de su interacción con el ambiente.
En el nivel de posgrado dirige su actividad hacia la investigación y desarrollo de la salud mental de la comunidad y del individuo así como al estudio de problemas grupales, institucionales y comunitarios, tanto en el campo de la profilaxis como en el de la psicopatología y la psicoterapia. Sus centros de acción profesional son: en, escuelas, guarderías, casas de cuna, Secretaría de salud, IMSS, ISSTE instituciones psiquiátricas, y penales, centros de salud, hospitales, y dentro de la practica privada en consultorios y clínicas.
El psicólogo social se ocupa de la interacción del individuo con el grupo, las organizaciones y las comunidades, asì como de las interacciones de grupo y de la colectividad a través del análisis de los sistemas sociales. El psicólogo social a nivel licenciatura es capaz de analizar la dialéctica individuo sociedad y se encarga de generar desarrollo a nivel social e individual.
El psicólogo social en el nivel de posgrado enfoca su interés a investigaciones de campo con base en los problemas relevantes del país y del mundo, asimismo, como funge como asesor a nivel de problemáticas que tienen que ver con la psicología en distintas instituciones. El psicólogo social tiene lugares de trabajo en diversos lugares donde se den interacciónes, asì como realizando programas, haciendo evaluaciones, haciendo analisis de discurso, conversaciòn, etc...
Dentro del proceso de desarrollo y realización de un grupo o sociedad, el psicólogo, con la ayuda de otros profesionales de las ciencias sociales, y naturales, ocupa una función de cierta relevancia: la de orientar y facilitar el crecimiento personal y de la comunidad.
Ya que el área en que me intereso es el área social ahondare en este tema. La psicología social mantiene la preocupación de los filósofos por la naturaleza original del hombre ya sea que esta exista o no exista y estudia las influencias socioculturales que intervienen en la actividad humana individual, Aparece en México como campo de aplicación con los estudios sobre psicología del mexicano y se amplia en la ultima década con el desarrollo de la tecnología social y la psicología de la comunidad, en especial de la psicología clínica comunitaria y de la psicología social comunitaria.
He de rescatar dentro de mis propios intereses que me gustaría dedicarme en el futuro a la psicología clínica y social comunitaria por lo cual también haré un abordaje en el cual hablare del papel del psicólogo clínico el cual enfoca su actividad a la evolución y tratamiento de personas o grupos que sufren de problemas emocionales y de adaptación. Su área de interés se centra en el área individual de un sujeto, así como la derivada de su interacción con el ambiente.
En el nivel de posgrado dirige su actividad hacia la investigación y desarrollo de la salud mental de la comunidad y del individuo así como al estudio de problemas grupales, institucionales y comunitarios, tanto en el campo de la profilaxis como en el de la psicopatología y la psicoterapia. Sus centros de acción profesional son: en, escuelas, guarderías, casas de cuna, Secretaría de salud, IMSS, ISSTE instituciones psiquiátricas, y penales, centros de salud, hospitales, y dentro de la practica privada en consultorios y clínicas.
El psicólogo social se ocupa de la interacción del individuo con el grupo, las organizaciones y las comunidades, asì como de las interacciones de grupo y de la colectividad a través del análisis de los sistemas sociales. El psicólogo social a nivel licenciatura es capaz de analizar la dialéctica individuo sociedad y se encarga de generar desarrollo a nivel social e individual.
El psicólogo social en el nivel de posgrado enfoca su interés a investigaciones de campo con base en los problemas relevantes del país y del mundo, asimismo, como funge como asesor a nivel de problemáticas que tienen que ver con la psicología en distintas instituciones. El psicólogo social tiene lugares de trabajo en diversos lugares donde se den interacciónes, asì como realizando programas, haciendo evaluaciones, haciendo analisis de discurso, conversaciòn, etc...
Que los ruidos te perforen los dientes
Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña;
que sólo puedas alimentarte de barajas usadas
y que el sueño te reduzca, como una aplanadora,
al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle,
hasta los faroles te corran a patadas;
que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte
ante los tachos de basura
y que todos los habitantes de la ciudad
te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: "Mi amor",
digas: "Pescado frito";
que tus manos intenten estrangularte a cada rato,
y que en vez de tirar el cigarrillo,
seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones;
que al acostarse junto a ti,
se metamorfosee en sanguijuela,
y que después de parir un cuervo,
alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura.
Oliverio Girondo Argentina
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña;
que sólo puedas alimentarte de barajas usadas
y que el sueño te reduzca, como una aplanadora,
al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle,
hasta los faroles te corran a patadas;
que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte
ante los tachos de basura
y que todos los habitantes de la ciudad
te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: "Mi amor",
digas: "Pescado frito";
que tus manos intenten estrangularte a cada rato,
y que en vez de tirar el cigarrillo,
seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones;
que al acostarse junto a ti,
se metamorfosee en sanguijuela,
y que después de parir un cuervo,
alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura.
Oliverio Girondo Argentina
Razones del ausente
Si alguien les pregunta por él,
díganle que quizá no vuelva nunca o que si regresa
acaso ya nadie reconozca su rostro; díganle también que no
dejó razones para nadie, que tenía un mensaje secreto,
algo importante qué decirles
pero que lo he olvidado.
Díganle que ahora está cayendo, de otro modo y en otra
parte del mundo,
díganle que todavía no es feliz,
si esto hace feliz a alguno de ellos; díganle también que se
fue con el corazón vacío y seco
y díganle que eso no importa ni siquiera para la
lástima o el perdón
y que ni él mismo sufre por eso,
que ya no cree en nada ni en nadie y mucho menos en
él mismo, que tantas cosas que vio
apagaron su mirada y ahora, ciego, necesita del tacto,
díganle que alguna vez tuvo un leve rescoldo de fe en Dios,
en un día de sol, díganle que hubo palabras
que le hicieron creer en el amor y luego supo que el amor
dura lo que dura una palabra.
Díganle que como un globo de aire perforado a tiros, su
alma fue cayendo hasta el infierno que lo vive y que ni
siquiera está desesperado y díganle que a veces piensa
que esa calma inexorable es su castigo; díganle que ignora
cuál es su pecado y que la culpa que lo arrastra por el mundo
la considera apenas otro dato del problema
y díganle que en ciertas noches de insomnio y aún en otras
en que cree haberlo soñado,
teme que acaso la culpa sea la única parte de sí mismo que
le queda y díganle que en ciertas mañanas llenas de luz
y en medio de tardes de piadosa lujuria y también borracho
de vino en noches de lluvia
siente cierta alegría pueril por su inocencia y díganle que en
esas ocasiones dichosas habla a solas.
Díganle que si alguna vez regresa, volverá con dos cerezas en sus ojos
y una planta de moras sembrada en su estómago y una
serpiente enroscada en su cuello
y tampoco esperará nada de nadie y se ganará la vida honradamente,
de adivino, leyendo las cartas y celebrando extrañas
ceremonias en las que no creerá y díganle que se llevó
consigo algunas supersticiones, tres fetiches,
ciertas complicidades mal entendidas y el recuerdo de dos o tres rostros
que siempre vuelven a él en la oscuridad y nada.
Dario Jaramillo Agudelo Colombia
díganle que quizá no vuelva nunca o que si regresa
acaso ya nadie reconozca su rostro; díganle también que no
dejó razones para nadie, que tenía un mensaje secreto,
algo importante qué decirles
pero que lo he olvidado.
Díganle que ahora está cayendo, de otro modo y en otra
parte del mundo,
díganle que todavía no es feliz,
si esto hace feliz a alguno de ellos; díganle también que se
fue con el corazón vacío y seco
y díganle que eso no importa ni siquiera para la
lástima o el perdón
y que ni él mismo sufre por eso,
que ya no cree en nada ni en nadie y mucho menos en
él mismo, que tantas cosas que vio
apagaron su mirada y ahora, ciego, necesita del tacto,
díganle que alguna vez tuvo un leve rescoldo de fe en Dios,
en un día de sol, díganle que hubo palabras
que le hicieron creer en el amor y luego supo que el amor
dura lo que dura una palabra.
Díganle que como un globo de aire perforado a tiros, su
alma fue cayendo hasta el infierno que lo vive y que ni
siquiera está desesperado y díganle que a veces piensa
que esa calma inexorable es su castigo; díganle que ignora
cuál es su pecado y que la culpa que lo arrastra por el mundo
la considera apenas otro dato del problema
y díganle que en ciertas noches de insomnio y aún en otras
en que cree haberlo soñado,
teme que acaso la culpa sea la única parte de sí mismo que
le queda y díganle que en ciertas mañanas llenas de luz
y en medio de tardes de piadosa lujuria y también borracho
de vino en noches de lluvia
siente cierta alegría pueril por su inocencia y díganle que en
esas ocasiones dichosas habla a solas.
Díganle que si alguna vez regresa, volverá con dos cerezas en sus ojos
y una planta de moras sembrada en su estómago y una
serpiente enroscada en su cuello
y tampoco esperará nada de nadie y se ganará la vida honradamente,
de adivino, leyendo las cartas y celebrando extrañas
ceremonias en las que no creerá y díganle que se llevó
consigo algunas supersticiones, tres fetiches,
ciertas complicidades mal entendidas y el recuerdo de dos o tres rostros
que siempre vuelven a él en la oscuridad y nada.
Dario Jaramillo Agudelo Colombia
PROBLEMAS DEL SUBDESARROLLO
Monsieur Dupont te llama inculto,
porque ignoras cuál era el nieto
preferido de Victor Hugo.
Herr Müller se ha puesto a gritar,
porque no sabes el día
(exacto) en que murió Bismark.
Tu amigo Mr. Smith,
inglés o yanqui, yo no lo sé,
se subleva cuando escribes shell.
(Parece que ahorras una ele,
y que además pronuncias chel.)
Bueno ¿y qué?
Cuando te toque a ti,
mándales decir cacarajícara
y que donde está el Aconcagua,
y que quién era Sucre,
y que en qué lugar de este planeta
murió Martí.
Un favor:
que te hablen siempre en español.
Nicolàs Guillén
De mi para nuestra ciencia Subdesarrollada
porque ignoras cuál era el nieto
preferido de Victor Hugo.
Herr Müller se ha puesto a gritar,
porque no sabes el día
(exacto) en que murió Bismark.
Tu amigo Mr. Smith,
inglés o yanqui, yo no lo sé,
se subleva cuando escribes shell.
(Parece que ahorras una ele,
y que además pronuncias chel.)
Bueno ¿y qué?
Cuando te toque a ti,
mándales decir cacarajícara
y que donde está el Aconcagua,
y que quién era Sucre,
y que en qué lugar de este planeta
murió Martí.
Un favor:
que te hablen siempre en español.
Nicolàs Guillén
De mi para nuestra ciencia Subdesarrollada
sábado, 6 de noviembre de 2010
La otra copa del brindis
Al principio ella fue una serena conflagración
un rostro que no fingía ni siquiera su belleza
unas manos que de a poco inventaban un lenguaje
una piel memorable y convicta
una mirada limpia sin traiciones
una voz que caldeaba la risa
unos labios nupciales
un brindis
es increíble pero a pesar de todo
él tuvo tiempo para decirse
qué sencillo y también
no importa que el futuro
sea una oscura maleza
la manera tan poco suntuaria
que escogieron sus mutuas tentaciones
fue un estupor alegre
sin culpa ni disculpa
él se sintió optimista
nutrido
renovado
tan lejos del sollozo y la nostalgia
tan cómodo en su sangre y en la de ella
tan vivo sobre el vértice de musgo
tan hallado en la espera
que después del amor salió a la noche
sin luna y no importaba
sin gente y no importaba
sin dios y no importaba
a desmontar la anécdota
a componer la euforia
a recoger su parte del botín
mas su mitad de amor
se negó a ser mitad
y de pronto él sintió
que sin ella sus brazos estaban tan vacíos
que sin ella sus ojos no tenían qué mirar
que sin ella su cuerpo dce ningún modo era
la otra copa del brindis
y de nuevo se dijo
qué sencillo
pero ahora
lamentó que el futuro fuera oscura maleza
sólo entonces pensó en ella
eligiéndola
y sin dolor sin desesperaciones
sin angustia y sin miedo
dócilmente empezó
como otras noches
a necesitarla.
De poemas de otros Mario Benedetti
un rostro que no fingía ni siquiera su belleza
unas manos que de a poco inventaban un lenguaje
una piel memorable y convicta
una mirada limpia sin traiciones
una voz que caldeaba la risa
unos labios nupciales
un brindis
es increíble pero a pesar de todo
él tuvo tiempo para decirse
qué sencillo y también
no importa que el futuro
sea una oscura maleza
la manera tan poco suntuaria
que escogieron sus mutuas tentaciones
fue un estupor alegre
sin culpa ni disculpa
él se sintió optimista
nutrido
renovado
tan lejos del sollozo y la nostalgia
tan cómodo en su sangre y en la de ella
tan vivo sobre el vértice de musgo
tan hallado en la espera
que después del amor salió a la noche
sin luna y no importaba
sin gente y no importaba
sin dios y no importaba
a desmontar la anécdota
a componer la euforia
a recoger su parte del botín
mas su mitad de amor
se negó a ser mitad
y de pronto él sintió
que sin ella sus brazos estaban tan vacíos
que sin ella sus ojos no tenían qué mirar
que sin ella su cuerpo dce ningún modo era
la otra copa del brindis
y de nuevo se dijo
qué sencillo
pero ahora
lamentó que el futuro fuera oscura maleza
sólo entonces pensó en ella
eligiéndola
y sin dolor sin desesperaciones
sin angustia y sin miedo
dócilmente empezó
como otras noches
a necesitarla.
De poemas de otros Mario Benedetti
El Libro de las Preguntas - Pablo Neruda
Este video contiene algunas de las preguntas que formuló Pablo Neruda en su libro llamado El libro de las preguntas.
VII Adan y Eva
- Qué es el canto de los pájaros, Adán?
- Son los pájaros mismos que se hacen aire. Cantar es derramarse en gotas de aire, en hilos de aire, temblar. Entonces los pájaros están maduros y se les cae la garganta en hojas y sus hojas son suaves, penetrantes, a veces rápidas.
- Por qué?, por qué no estoy madura yo?
- Cuando estés madura te desprenderás de ti misma y lo que seas de fruta se alegrará, y lo que seas de rama quedará temblando. Entonces lo sabrás. El sol no te ha penetrado como al día, estás amaneciendo.
- Yo quiero cantar. Tengo un aire apretado, un aire de pájaro y de mí. Yo voy a cantar.
- Tú estás cantando siempre sin darte cuenta. Eres igual que el agua. Tampoco las piedras se dan cuenta y su cal silenciosa se reúne y canta.
Jaime Sabines, México. De “Adán y Eva” (1952)
- Son los pájaros mismos que se hacen aire. Cantar es derramarse en gotas de aire, en hilos de aire, temblar. Entonces los pájaros están maduros y se les cae la garganta en hojas y sus hojas son suaves, penetrantes, a veces rápidas.
- Por qué?, por qué no estoy madura yo?
- Cuando estés madura te desprenderás de ti misma y lo que seas de fruta se alegrará, y lo que seas de rama quedará temblando. Entonces lo sabrás. El sol no te ha penetrado como al día, estás amaneciendo.
- Yo quiero cantar. Tengo un aire apretado, un aire de pájaro y de mí. Yo voy a cantar.
- Tú estás cantando siempre sin darte cuenta. Eres igual que el agua. Tampoco las piedras se dan cuenta y su cal silenciosa se reúne y canta.
Jaime Sabines, México. De “Adán y Eva” (1952)
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