viernes, 15 de octubre de 2010

El ocaso de un sueño

Amigos míos, hace aproximadamente dos años entre al club de teatro de nuestra facultad, y cuando lo hice no pensé que seria yo aquel que declararía una verdad que ya no puede ser ignorada: nuestro querido club de teatro, aquel que permitió que entrelazáramos nuestras vidas, esta en riesgo de desaparecer.
Me siento como cuando Gorbachov tuvo que anunciar que el sueño llamado comunismo se estaba fragmentando, pero él (al igual que yo se ahora) sabia que no admitirlo traería mas desgracias que las que ocurrirían de no aceptar la verdad.
El club de teatro muere, y esa es la verdad. Quien no quiera admitirlo por que el idealismo o las ensoñaciones del pasado se lo impiden, promueve más esta lenta agonía. Es mi objetivo en este texto demostrar cuales han sido las fallas que han llevado a esta situación. Ustedes podrían preguntarse ¿a que situación te refieres? El club de teatro sufre una crisis que, al menos en el tiempo en el que yo he formado parte de el, nunca había sufrido: nadie puede hacerse cargo del club. Los candidatos mas elegibles se niegan a proseguir con esta labor (yo incluido) y las nuevas generaciones no han mostrado un candidato lo suficientemente fuerte o hábil para continuar. Los líderes del pasado se han retirado y los actuales no tardaran en hacerlo. Así pues ¿quien llevara la estafeta de proseguir este sueño llamado Club de Teatro de la Facultad de Psicología?
¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿cómo salir de este atolladero? No soy un especialista como para poder aclarar el primer punto, y mucho menos un vidente para responder el segundo. Pero tratare, en base de mis observaciones y algunos razonamientos (míos y ajenos), dar una respuesta a estas dos interrogantes. Pero antes de hacerlo es necesario hacer algunas aclaraciones. Primero las impresiones aquí vertidas son totalmente subjetivas y por lo tanto, podrían estar equivocadas. Es mi deseo más ferviente que sea así. Segundo, con estas declaraciones no es mi deseo ofender a nadie, sino simplemente hacer un llamado a una situación que no puede ignorarse más. Tercero, debido a que he perdido contacto con las generaciones más recientes, no he tomado en cuenta su opinión al respecto. Tal vez ellos tengan una opinión diferente. Asimismo he perdido contacto con Juan y Gaby (actuales dirigentes del Club) quienes tal vez ya han tomado decisiones respecto a lo que aquí se dice.
Una vez hechas estas declaraciones, deberé proseguir con los problemas que han herido de muerte a nuestro modesto taller. Imagino al Club como un ser viviente, y estas fallas las llamare “estocadas” como las que terminan matando al toro a lo largo de una corrida. Estas son mis observaciones:
1era Estocada (Los alumnos): Lo que era el espíritu de esta empresa ha sido también su perdición. El club fue originalmente construido por alumnos iguales que nosotros, hace ya más de 6 años (fue fundado en el 2004). En ese entonces el plan parecía simple: se sucederían las generaciones de actores una tras otra y las generaciones más jóvenes se encargarían de lo que hecho por las pasadas. Un sueño tan lindo no tenía más opción que toparse con la pared de la realidad. La líder original (Karla Gabriela Méndez Gándara) aquella que gesto este proyecto, se ha ido. En su lugar han quedado Juan y Gaby. Pero ellos pronto se graduaran ¿Y quien continuara con el proyecto? Los pocos elegibles parecen no estar dispuestos a aceptarlo. Yo mismo tengo que aceptar que este proyecto es demasiado pesado y no conozco a nadie que este dispuesto a llevarlo sea porque la escuela absorbe todo el tiempo o porque tenemos otros proyectos en puerta. Ignoro si alguien de las generaciones posteriores a la mía pudiese llevar este proyecto, pero mi impresión es que ellos están en las mismas, además de que, a mi parecer las generaciones posteriores no tienen el nivel de compromiso ni de unidad necesario para sobrellevar esta empresa.
2da Estocada (La burocracia): Lo que parecía que llevaría al profesionalismo a nuestro pequeño juego ha terminado por asfixiarlo. Me refiero a la integración de los circuitos de teatro y la legitimación ante las autoridades. Cuando llegue al club de teatro este parecía más un juego, un lugar de esparcimiento, un escape a las frustraciones de la vida académica. Hoy la situación es distinta: admitámoslo los circuitos de teatro nos están matando esta alegría. Ahora tenemos el apoyo de la Dirección de Teatro y nuestra labor es hacer obras a como de lugar. El mail recientemente enviado por Juan respecto a la obra “Bodas de Sangre” es un ejemplo perfecto de ello. En el se decía “que tomen en cuenta que cuando nos toque presentarnos es muy probable que se pierda una semana completa de clases” algo excesivo para cualquiera de nosotros. Los ritmos de la universidad son demasiado pesados y un día puede ser la diferencia en las calificaciones ¿Pueden ustedes imaginar lo que pasaría con una semana entera? He hablado con varios al respecto y más de uno se sintió desilusionado con esta petición. En este momento me viene a la mente una clausula del contrato que se nos entregaba a los que recién entrabamos: recordar que no éramos profesionales y que por lo tanto no se nos podía exigir lo mismo que se le pediría a un actor que se dedicara a esto. ¿Es que esta parte se ha olvidado? No tengo el contrato en la mano como para poder afirmar donde estaba, pero me parece que nos hemos desviado del camino original.
3era Estocada (Caprichos): Los dobles mensajes también han sido leña para esta hoguera. ¿Se acuerdan nuestros lideres de una clausula que decía algo así como “no debes andar con un miembro del Club de Teatro”? Si admito que era una regla muy estúpida e ingenua como para haber sido incluida en el texto, pero si nadie la contrarió en su momento, supongo que debió haber sido porque todos estaban de acuerdo. Sin embargo la historia demuestra que una cosa es lo firmado y otra muy diferente lo hecho. En primer lugar, Karla y Daniel eran una pareja, de hecho, la pareja alrededor de la cual giraba el club. Tal vez nadie dijo nada porque ellos habían formalizado su relación. Esta bien lo entiendo. Pero no fue la única pareja que se formó en este periodo. No diré nombres, todos saben quien hizo pareja con quien. En este caso, ¿Por qué nadie dijo nada? ¿Hubo al menos una llamada de atención a los que rompieron esta regla? Lo ignoro.
Otro capricho ha sido el de los favoritismos. En este punto no seré muy enérgico porque no me consta personalmente. Pero me han llegado rumores de papeles que parecen definitivos y de pronto se encargan a alguien distinto. Algunas personas están enojadas y con toda la razón. ¿Sera cierto que a la ultima hora, el favor de los directores pesa mas que la palabra empeñada? Pido a los dirigentes que reflexionen al respecto y que piensen que esto también nos ha hecho perder algunos miembros valiosos.
Aunado a esto esta la palabra que parece arma de dos filos. Me refiero al “veto”. Hay quien reclama que situaciones y personas fueron vetadas por razones que hoy pasan desapercibidas. No se si esto también es favoritismo o simple relajamiento de las reglas, pero sea cual sea el caso, solo existen dos alternativas: o se elimina esta regla o se aplica a quien sea que la infrinja. Tampoco me extenderé mucho en este tema, no me consta personalmente, pero debe revisarse esto y de ser cierto tomar las respectivas medidas.
4ta Estocada (Perdida del Profesionalismo): En un asunto sin precedentes, conforme se ha aumentado la exigencia de obras se ha descuidado la instrucción de nuestros actores. Aquí hay dos causas: Por un lado, el tiempo no alcanzaba como para dar clases a los talleristas (cosa por la cual no hubo Taller el semestre pasado) y por otro no hay quien de algunas asignaturas que se daban antes. Esto es lamentable, cuando yo entre la instrucción se daba los 5 días y hoy solo son 3. Si bien es cierto que nuestros dirigentes simplemente no pueden dar todas las clases del pasado, no menos cierto es que no se les brindado la oportunidad a las generaciones posteriores de darlas. Pido a quien sea que me rebata este punto. Y no podrían darlas simplemente porque nunca las tomaron. Lo ideal seria que hubiera una capacitación a las generaciones postreras para que dieran estas clases que eran tan divertidas e interesantes (estoy especialmente interesado en que se de la clase que yo llegue a dar “Historia del Teatro”). Es injusto que se pida mas a estas nuevas generaciones y en cambio, se les brinde mucho menos.
Estos son todos los puntos. No es mi idea mostrar un panorama desolador, sino más bien instruir cuales son las flaquezas en donde hemos fallado. En resumen, el Club de Teatro de la Facultad de Psicología no tiene más que dos opciones: renovarse o morir. Pero aun queda una pregunta ¿Qué será del Club? ¿Hacia donde se dirige? Puedo asegurar que esta muriendo lentamente y tal vez, en vísperas de desaparecer. Pero aun queda una esperanza. Orlando (quien hoy mismo presentara una nueva obra) parece ser el único candidato viable para llevar las riendas del Club. Me perspectiva de este hecho es escéptica. Si el puede llevar con responsabilidad, inteligencia y trabajo el proyecto, entonces el futuro no estará perdido. Pero si muestra la faceta inestable, impulsiva y autoritaria que ha mostrado en el pasado (no me dejaran mentir los demás) entonces se le habrá dado la ultima estocada a este Club.
Por su parte Juan tiene en sus manos un último semestre para corregir los errores antes de que se vaya. De nada sirve remar fuerte si el bote va al rumbo equivocado. “Bodas de sangre” es la ultima oportunidad para atraer nuevos aspirantes y corregir lo que este mal.
Por ultimo quiero afirmar que son libres de comentar lo aquí dicho, sea para proclamarme su héroe, para argumentar en contra de lo aquí expuesto, para insultarme o simplemente expulsarme de la junta directiva. No me importa lo que hagan siempre y cuando lo dicho no quede simplemente en las palabras. Es mi esperanza que un rayo de luz ilumine este proyecto y que pueda ver, aunque sea una ultima vez antes de que todo se desmorone, una generación tan productiva y unida como lo fue la mía.
Atentamente.

Por: Augusto Mazatl Bonilla García

No hay comentarios:

Publicar un comentario